Segundo embarazo, nueva experiencia
Dicen que cada embarazo es un mundo, independientemente de que el sexo del bebé sea igual al anterior o no y esa es una verdad como un templo.
Estoy esperando otro bebé y realmente este embarazo no tiene absolutamente nada que ver con el primero. El primer embarazo fue genial, emocional y físicamente; éste en cambio, físicamente es un horror, lo que repercute muchísimo en la parte emocional.
Cuando lees revistas de embarazos y bebés, ves que en su gran mayoría comentan que el segundo embarazo es mejor que el primero, porque sabes lo que te deparará, sabes por lo que has pasado y tienes menos miedo al parto. En mi caso puedo asegurar que eso no se cumple en absoluto.
Con mi primer bebé, tuve un embarazo estupendo, todas las tensiones del trabajo pasaron a un segundo plano, dediqué muchísimo tiempo a mi misma, cuidé mi alimentación, hice ejercicio, pude trabajar hasta el último momento; me sentía una súper mujer porque podía con todo: la pancita, el trabajo, la casa, la atención a mis padres y la organización de eventos navideños.
A lo que añadiré que también estaba monísima, lo que también tuvo que ver en mi autoestima; y sobre todo y más importante: era completamente feliz y era imposible borrar la sonrisa de mis labios. Eso sí, tuve un parto horrible en todos los sentidos, tanto para mí como para mi pequeño.
Ahora, en este segundo embarazo estoy deseando dormir los tres meses que me quedan de embarazo y despertar cuando nazca el bebé, después de que haya pasado el parto; y es que este embarazo me está resultando totalmente cuesta arriba.
Tengo náuseas desde el primer mes, hasta ahora que estoy de siete meses, no puedo dejar el medicamento para evitarlas, también tomo hierro porque estoy algo anémica, mi presión está muy baja y debo pedir permiso a un pie para mover el otro, sin contar que todo el tiempo me duele muchísimo la parte inferior de la panza, que su tamaño es directamente proporcional al del continente asiático y eso que me queda el trimestre que más se engorda. Yo creo que a este paso explotaré.
Tengo que llevar faja porque no puedo ni caminar del dolor abdominal y lumbar, de vez en cuando se me pone la panza dura como a punto de estallar; tengo los nervios destrozados para lo que tomo un medicamento de homeopatía; y de dormir ya ni hablamos, porque me es imposible.
A lo que tengo que añadir que aunque me pase todo esto, me tengo que sonar los mocos y tirar para delante porque mi hijo mayor necesita a su mami. Total un desastre.
A pesar de los pesares, el médico me pregunta cada vez si me renueva baja del trabajo y a mí me da vergüenza decirle que si; los inspectores médicos me dicen que me vaya a trabajar, que el embarazo no es una enfermedad; cómo se nota que no les duele a ellos. Les hago caso y en dos días estoy muerta, porque no puedo ni con mis pestañas.
Los distintos ginecólogos y médicos me dicen que es normal, que el segundo embarazo es mucho más doloroso, que el útero crece mucho más y está más irritable, que se notan mucho más los movimientos fetales y que las pequeñas contracciones del útero para prepararse para el parto son mucho más acusadas.
Y yo me pregunto ¿me habré vuelto súper vulnerable al dolor o es que ya estoy demasiado cansada para poder con todo? ¿Será mentira lo que dicen las revistas y lo pintan todo rosa para animarnos a aumentar la natalidad?
Bueno pues ni idea, solo tengo la esperanza de que el parto sea de dos minutos y no me duela nada, porque solo de pensar en ese momento me pongo a temblar.
Mamis que están en mi situación o han pasado por un segundo embarazo, cuéntenme sus experiencias, es posible que muchas futuras mamis estén pasando por lo mismo que yo y les haga falta un empujoncito como a mí.