A todos nos gustan los días soleados, pero cuando se trata de la sensible piel del bebé, se debe ser muy cuidadoso, porque con un clima cálido viene toda una serie de riesgos para la delicada piel del bebé, incluyendo una mayor exposición a los rayos dañinos del sol.
Debido a que la piel del bebé es fina y delicada, puede quemarse fácilmente con el sol, y esto realmente puede hacerle daño. Para empeorar las cosas, una mala quemadura por el sol en la infancia duplica el riesgo más adelante de melanoma maligno, el tipo más mortal de cáncer de piel.
El protector solar y el cuidado de la piel del bebé en el verano van de la mano.
¿Cómo prevenir las quemaduras por el sol?
Cuando se trata del cuidado de la piel del bebé en el verano, hay muchas cosas que puedes hacer para evitar que se queme.
- Puedes vestirlo con algún gorrito o sombrero que lo cubra del sol y ropa ligera.
- De 15 a 30 minutos antes de salir, aplica protector solar SPF 30 o superior y que sea resistente al agua.
- Con los bebés más pequeños de menos de seis meses, que si bien es sabido no deben exponerse al sol, en caso de hacerlo, aplica una pequeña cantidad de protector solar en la piel del bebé expuesta al sol y procura mantenerlo en la sombra, para vestirle utiliza playeritas de manga larga y pantaloncitos.
- Cuando son bebés un poco mayores aplica el protector cada dos horas sobre todo después de jugar en el agua.
- Pero en caso de que el bebé ya haya sufrido quemaduras por el sol, ¿cómo debemos tratarla?
- Primeramente se refresca la piel del bebé aplicando suavemente un paño húmedo y frío durante 10 a 15 minutos, tres o cuatro veces al día, hasta que el enrojecimiento desaparezca.
- Después, suaviza la piel con gel de aloe-vera o una crema hidratante hipoalergénica suave.
El verano es una época para disfrutar y aún más con tu bebé, pero recuerda siempre tomar las debidas precauciones al exponerlo al sol y ten el debido cuidado de la piel del bebé, y en caso de quemaduras no leves, consulta al pediatra.