Una causa común de preocupación en las madres primerizas, se da cuando el recién nacido o el bebé no defeca constantemente, lo hace en poca cantidad o lo hace en bolitas duras, sin embargo es más la ansiedad materna que el daño que tiene el bebé, ya que la madre piensa que su hijo sufre de estreñimiento.
En las etapas primarias del crecimiento, el sistema digestivo no se encuentra desarrollado en su totalidad, por lo que funciona de forma inadecuada y el bebé no evacúa diariamente o hasta por una semana. No obstante el pequeño no siente molestias ni es motivo de preocupación. El número normal de evacuaciones del bebé varía desde una a dos veces al día hasta dos o tres veces a la semana, y en algunos casos hasta una vez por semana.
Hasta que se inicia la etapa de control de esfínteres, alrededor de los 2 años, suelen persistir las dificultades para evacuar. En casos esporádicos el estreñimiento, persiste mas allá de esta edad, por lo que, sí es el caso de tu hijo deberás acudir con tu médico, quien te aconsejará sobre las medidas que haya que tomar para evitar que se siga desarrollando esta condición.
La causa más común de estreñimiento en niños se debe a una falta de agua, por lo que se debe aumentar el consumo durante el día, los recién nacidos obtienen agua de la leche materna, así que si el bebé no defeca diariamente, habrá que aumentar la frecuencia de tomas diarias.
Si el bebé ya es mayor de dos meses se pueden adicionar pequeños sorbos de agua dados con una cucharita, o dándole pequeñas cantidades de infusiones de hierbabuena o manzanilla.
Durante la introducción de alimentos nuevos puede haber cambios de los hábitos de evacuación, sin embargo no hay que tomarlo con mucha alarma, ya que solo sucederá dos o tres días, volviendo a la normalidad en los días posteriores.
Otra causa en niños mayores que ya consumen más alimentos, además de la leche materna, es la falta de alimentos ricos en fibra, por lo que habrá que considerar su introducción en la dieta habitual. Se recomienda hacer una infusión con ciruelas pasa o caldo de frijoles y dar a beber al bebé, y en niños mayores dar papaya, naranjas enteras, pepinos o frijoles enteros, para aumentar el consumo de fibra.