¡Felicidades! Ya tienes a tu recién nacido en tus brazos… Sabemos que ahora te surgen nuevas dudas, preguntas e inquietudes por resolver. Una de ellas es: ¿dónde dormirá esa pequeña y frágil personita que llegó para cambiar tu vida?. Diversos autores y organizaciones recomiendan que desde que nace, el bebé debe dormir en la misma habitación que su madre, hasta que cumpla 6 meses de edad.
Aquí te vamos a orientar un poco al respecto, y como en todo lo relacionado con bebés, te recordamos que no existen fórmulas definitivas: cada madre va creando la suya.
Recién nacido
Muy probablemente ya tienes una cuna, bambineto o moisés destinado para que tu bebé recién nacido descanse y duerma. Sin embargo, después de haber estado casi nueve meses en tu vientre, es muy probable que una cuna o cama te parezca un lugar frío e inmenso en el que tu bebé se sentirá solo y desamparado.
Por eso hay quienes recomiendan el uso de un bambineto o moisés, los cuales son más pequeños y abrigadores. Además muchos de ellos ofrecen la opción de cubrirlos con telas delgadas y transparentes, ya sea para proteger a los bebés de corrientes de aire o de picaduras de insectos.
Pero este cálido y acogedor lugar para dormir y descansar generalmente deja de ser funcional para la mayoría de los bebés al cumplir más o menos los 5 meses, ya que corren el riesgo de volcarse, intentar erguirse o simplemente ya no caben ahí.
¿Dónde debe dormir?
Desde el día que nació, es muy importante que tu bebé duerma en tu misma habitación, pero ¿juntos en la misma cama o cada quien en su espacio?. Aquí es donde tenemos que diferenciar entre dos conceptos: “compartir la cama” y “dormir en la misma habitación”.
Dormir en la misma cama:
Se entiende por “colecho” a la práctica de dormir en la misma cama junto con el recién nacido. Ya sea con ambos padres o con la madre solamente, el colecho implica que el pequeño bebé comparta la cama familiar especialmente durante las noches para facilitar, afianzar y asegurar la lactancia materna.
Sin embargo, diversos autores han calificado esta práctica como riesgosa, pues implica la posibilidad de que el bebé sufra un accidente como aplastamiento, asfixia, sofocación, caída u otros que ponen en riesgo su vida, debido a que las camas para adultos no están diseñadas para los bebés pequeños.
Además, para que el colecho se convierta en una práctica segura, tiene que reunir muchos requisitos específicos e imprescindibles, como vigilar la temperatura de la habitación, no ser madre consumidora de tabaco, alcohol u otras sustancias estimulantes, no estar cansada o enferma, dormir en una posición específica, tener un colchón firme, no dejar solo al bebé dentro de la cama, y muchas otras que, de no observarse, ponen en riesgo la vida del bebé.
Sin embargo, algunos autores encuentran aconsejable practicar el colecho diurno sólo por periodos cortos, con el objetivo de amamantar al bebé y propiciar el contacto físico cercano, estando la madre despierta, para después regresarlo a su sitio habitual de sueño y descanso.
Dormir en la misma habitación:
Dormir en la misma habitación, pero no en la misma cama es una de las recomendaciones de muchas organizaciones y expertos dedicados a la promoción de la lactancia materna y de la seguridad de los bebés.
Por eso, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), emitió una recomendación en la que asegura que la forma más segura de dormir con un recién nacido es en una cuna adosada a la cama materna al menos durante los primeros 6 meses de vida.
Para ello, la sugerencia es juntar la cuna, bambineto o moisés donde duerme tu bebé a tu cama, de manera que estén lo más juntos posible, pero cada uno en su espacio. Incluso, existen pequeñas cunas que se incrustan en la base de la cama de los padres, facilitando esta modalidad: juntos, pero cada quien en su lugar y crear la sensación de que todos duermen juntos.
Quienes están a favor de esta costumbre, aseguran que también facilita la labor de amamantar al bebé, permite que la madre esté a su pendiente de manera más cercana, ayuda al establecimiento de un fuerte vínculo emocional entre ambos, además de que desarrolla en el recién nacido un sentido de confianza y protección al sentir la proximidad de su madre sin que corra riesgos.
¿Cómo debe dormir el recién nacido?
Ya sea en su cuna, bambineto o en su propia cama, observa siempre e invariablemente las siguientes recomendaciones:
• El colchón debe ser firme.
• No coloques almohadas, frazadas, muñecos de peluche ni juguetes.
• Siempre verifica que sus sábanas estén limpias y que los productos de limpieza con los que las lavas no le produzcan alergias.
• Siempre acuéstalo sobre su espalda. Estudios científicos han demostrado que esta posición reduce de manera importante el riesgo de Síndrome de Muerte Súbita del Lactante.
• Elige ropa cómoda y de algodón para dormir.
• Evita sobreabrigarlo.
• Controla la temperatura y la intensidad de la luz de la habitación, que sean cómodas y seguras para todos los ocupantes.
• No duermas a tu bebé ni te duermas con él en sillas, sofás o sillones.
• Si tu bebé duerme solo en una cuna, acuéstalo en la parte inferior, de forma que sus pies toquen el límite de la cuna.
• Nunca permitas que fumen cerca de tu bebé.
Sabemos que quieres lo mejor para tu bebé, y que si estás leyendo este artículo es porque quieres estar bien informada acerca del tipo de crianza que estás desarrollando. Como es habitual, te invitamos a obtener tus propias conclusiones y junto con tu experiencia y la de otras mamás cercanas, crear tus propias vivencias. Cada etapa de tu bebé es única e irrepetible: ¡Disfrútala al máximo!